
108 años de Consagración
La imagen de Jesús de Candelaria fue elaborada en el siglo XVI, y se le atribuye al escultor Juan de Aguirre. Originalmente, la imagen se encontraba en la Ermita del Calvario, ubicada en el Cerro del Manchén en la Antigua Guatemala. En el año 1733, fue llevada en procesión a la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala (hoy Antigua Guatemala), para pedir por el cese de la epidemia de viruela que azotaba la región.
En el año 1784, la imagen fue trasladada a la Nueva Guatemala de la Asunción, y se le comenzó a venerar en la Iglesia de Candelaria. Con el tiempo, la imagen se convirtió en una de las más importantes y veneradas de Guatemala, y su festividad se celebra el 2 de febrero de cada año.
La imagen de Jesús de Candelaria es un símbolo de fe y esperanza para los guatemaltecos. Se le atribuyen numerosos milagros, y muchos creyentes acuden a la Iglesia de Candelaria para pedir su intercesión. La imagen también es un importante elemento cultural, y su festividad es una de las más grandes y coloridas de Guatemala.
Tanto se había extendido su devoción popular, tanto se hablaba de sus milagros, y tanto era admirada su belleza escultórica que en el año de 1917 el Arzobispo de Guatemala decide Consagrarlo, en ceremonia especial la tarde del sábado 3 de febrero de 1917.
La Consagración de Jesús de Candelaria se celebra el 2 de febrero de cada año. Durante la celebración, se realizan diversas actividades tales como misas, y presentaciones de música. Este día es muy recordado por los devotos cargadores de la venerada imagen.
La imagen de Jesús de Candelaria es un importante legado cultural y religioso de Guatemala. Su historia y significado han trascendido el tiempo, y su festividad es una de las más importantes y populares del país. La imagen de Jesús de Candelaria sigue siendo un símbolo de fe y esperanza para los guatemaltecos, y su devoción se transmite de generación en generación.
Fotografía de miniatura: Alex Florián