Resonancia de Bronce en las Campanas de la Catedral de Guatemala. El Caso de “La Chepona”

Como muchas veces se ha hecho aunque con menor continuidad en la actualidad, el tañir  del sonido que emanan las campanas de los diferentes templos de la ciudad, de los pueblos y otros sitios, hacían comúnmente su llamado hacia la grey católica para acudir al rito de la Santa eucaristía en horas cíclicas del día como lo eran las seis de la mañana, las doce en punto del medio día y las seis de la tarde; todas ellas antecedidas por el rezo del “Angelus” cuya devoción litúrgica  nos  recuerda  la Anunciación y Encarnación del Verbo hacia la Santísima Virgen María por el Ángel Gabriel, tomando como referencia  su nombre por medio de sus primeras palabras en la versión latina, Angelus Domini nuntiavit Mariæ.

Las campanas también han exteriorizado su papel no sólo en momentos característicos como el anterior expuesto, sino también su tañido hacía alusión a la presencia de actos civiles inéditos; como la entronización de un nuevo arzobispo, el fallecimiento de algún personaje respetado en la sociedad, celebraciones propias del calendario litúrgico, pasos de cortejos procesionales, bautizos, matrimonios y sucesos que influían en el poder del gobierno asociado a los menesteres religiosos de la iglesia católica, como el caso de la instalación de un nuevo presidente mandatario en el país.

En ese sentido, estos objetos infaltables en la composición arquitectónica y espiritual de una iglesia han presentado una vigencia que valdría la pena rescatar y tenerla presente en cada momento del transitar constante de nuestra historia.

Parafernalia solemne en la Fiesta del Corpu Christi a mediados del Siglo XX, sin faltar la voz de la Chepona para dichas celebraciones de la iglesia. Fuente Página de Facebook Historias del Ayer.

Una referencia breve sobre estos iconos transmisores de la religiosidad y el sentido sonoro que poseen las campanas nos conducen en el Libro del Exodo (28,33–34) se cuenta cómo los sacerdotes  llevaban en el borde de su túnica una orla con granadas de púrpura y campanillas de oro cuyo tintineo anunciaba su presencia. Los autores latinos nos hablan de campanillas tintinabula y, así  el aes termarum como un instrumento que se hacía sonar en las termas para anunciar señales para el baño de los hombres; el cual hacía creer que este instrumento de aviso no era una campana sino un plancha metálica percutida por un martillo propio de la Roma clásica antigua.[1]

Sin embargo, de forma documental, parece ser que la palabra campana aparece por primera vez en una carta del Diácono Ferrando al Abad San Eugipio en la Italia del año 5153; en ella se menciona el uso de nuestro instrumento como “consuetudo beatissima monachorum”, una costumbre de aquellos santos monjes. [2]. Poco a poco, estos elementos fueron instalándose desde la edad medieval en Europa hasta expandirse en el continente americano a partir del Siglo XVI luego de los procesos de hispanidad que se dieron en esta región, llegando a figurar una posición fundamental en el rito de la liturgia católica para actividades como las mencionadas al inicio.

Fotografía que muestra otra perspectiva de la Chepona, consultada en la página Soy502.com

En Guatemala, limitándonos a mencionar únicamente las campanas que se encuentran en el centro de la Ciudad,  estas tienen una identificación propia  muy interesante. Por ejemplo, la campana denominada “La Virgen de Loreto”, siendo esta la principal en una de las torres altas de la Iglesia de San Francisco ubicada en la 6a. avenida y 13 calle, zona 1 muestra su valor histórico por medio de una inscripción labrada en el objeto que nos dice precisamente la dedicación de esta  fundida explícitamente para la Virgen de Loreto. El Cronista de la ciudad al respecto nos dice “En la inscripción existe un error, porque se lee ‘Lorito’”. No obstante esta es la campana más antigua de la ciudad, pues data de inicios del Siglo XVII específicamente del año 1600. [3]

Existen otras más como la del Cerrito del Carmen teniendo labradas las efigies de los próceres de la Independencia de 1821, así como la llamada “La Encarnación” de la Rectoría del Carmen en la 8 avenida y 10ma calle de la Zona 1, fechada en 1728.  También en ese orden, podemos identificar la que está nombrada bajo el título de “Jesús” que contiene inscrita la campana del templo La Merced en la Ciudad de Guatemala. En las cuaresmas de antaño era la única que sonaba, mientras las demás estaban en silencio, justo cuando salía o entraba la procesión del Nazareno. Como un dato interesante, también existía la leyenda de que el fuerte tañido de la campana de Jesús podía escucharlo hasta el mismo Papa en Roma.

Representación artística del frontispicio de la Catedral y la Fuente construida por Rafael Pérez de León durante el Gobierno de Jorge Úbico y modificada en 1965.  Ilustración realizada por la Psicóloga Angélica Castellanos Navarijo, 2019.

La tradición de bautizar las campanas con un nombre grabado en su parte frontal se deriva del carácter y sonido único de cada pieza. El apelativo proviene siempre de advocaciones del santoral cristiano.

En ese sentido, el Historiador Francis Polo Sifontes indicaba que cuando un campanero recibía el encargo de hacer una campana, con éste iba también las especificaciones de proporción, tamaño y a quién estaba dedicada. Cada instrumento de bronce de los templos está destinado a un santo diferente.[4]

En la parte exterior están los datos del nombre, fecha de fundición y a veces, incluso, puede leerse el nombre del diseñador, ya que eran consideradas no sólo un instrumento sonoro sino una obra de arte que permanecería por muchos años vigente ante la observación de los feligreses.

La más conocida y la que en este artículo nos ocupa reconocer es la Campana que se encuentra situada en la torre sur de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana dedicada al Patriarca Señor San José, siendo una devoción antigua que gira con fecha 19 de Marzo de la cual se dedicó el pesado hierro hacia la figura casta del Padre terrenal de Jesucristo.

Aunque su historia ha sido divulgada de manera oral a partir de la década de los años 60`s del siglo pasado, es importante reconocerla como tal tomando como enlace articulador de su hechura la aprobación del Concilio Vaticano Primero que se originó en 1869 en la Basílica de San Pedro en Roma, Italia con especial relación al Patriarca Señor San José por ser patrono de la iglesia universal[5].

Con motivo de celebrar este vaticano bajo el patrocinio mencionado en la Ciudad de Guatemala, el Cabildo Eclesiástico decidió mandar a hacer una campana, es decir fundir uno de estos enormes objetos. Al respecto, Miguel Álvarez nos dice en una entrevista sobre la hechura la cual se llevó  a cabo en la Casa de la Moneda que quedaba sobre la 6 calle y 5 avenida del Centro Histórico de la Ciudad, fundida por el belga Julio Vassaux utilizando cascabillos y cañones, estos últimos facilitados por el Fuerte de San José de Buena Vista. [6]

Al concluirse esta maravillosa campana sinfónica, esta llegó a pesar alrededor de 5000 libras y presentó grandes dificultades para subirla hacia el campanario sur de la Catedral donde esta sonaría reiteradas ocasiones.

La Campana se bautiza bajo el apelativo de “San José” como  anteriormente se refería; no obstante en Guatemala la costumbre de colocar motes o sobrenombres hacia los individuos y también a los objetos era algo peculiar para la época; es por eso que el nombre de José a la inversa en género femenino alude al nombre de Josefa y comúnmente por tradición se acostumbra a decirles Chepa; siendo esta una campana  exuberante en peso se le llamó “La Chepona” la cual ha gravada hasta nuestros días  marcando las horas y repicando constantemente como la voz primera en las grandes solemnidades de nuestro país.

La Chepona con vista hacia la Plaza Central. Fuente Soy502.com

Para concluir, cabe resaltar una confusión que se ha planteado en varias ocasiones sobre esta campana y su papel durante la vigencia de la Constitución de Cádiz de 1812 en España, señalando por diferentes fuentes orales que su sonido se escuchaba en aquel lejano 19 de Marzo del año citado en la iglesia catedralicia de la Ciudad Capital. Sin embargo y con lo difundido por el Cronista de la Ciudad, resulta imposible afirmar dicha aseveración dado que la fundición de esta obra se realizó a finales de 1869 y principios de 1870 lo cual nos hace pensar detenidamente sobre la existencia de una campana en 1812 con el apelativo que la actual posee.

No obstante, “La Pepa” como era conocida la Constitución de Cádiz en es entonces, probablemente coincidió con el ideario guatemalteco al momento de bautizar a esta campana como la Chepona,  aunque  de igual manera se tendría que instar al análisis de este nexo que dejamos a la deriva para una próxima investigación.

 

 

Por Ángel Ricardo Román Contreras – Estudiante de Historia – Universidad de San Carlos de Guatemala / Redacción Noticias Estrella

 

Referencias

  1. Herrán, Laurentino. San José Patrono del Concilio Vaticano II. Universidad de Navarra, España.

Prensa Libre. Campanas con voz propia. Artículo publicado el 16 de Octubre de 2016.

Sánchez del Barrio, Antonio y Alonso Ponga, José Luis La Campana Patrimonio Sonoro y Lenguaje Tradicional. La Colección Quintana en Urueña. edición Fundación Joaquín Día, España, 1997.

Informantes

Licenciado Miguel Álvarez Arévalo. Historiador y Cronista de la Ciudad de Guatemala

[1] Sánchez del Barrio, Antonio y Alonso Ponga, José Luis La Campana Patrimonio Sonoro y Lenguaje Tradicional. La Colección Quintana en Urueña. edición Fundación Joaquín Día, España, 1997. Página 12

[2] Ibidem, Sánchez del Barrio, Antonio y Alonso Ponga, José Luis. Página 13.

[3] Prensa Libre. Campanas con voz propia. Artículo publicado el 16 de Octubre de 2016, consultado de su plataforma digital https://www.prensalibre.com/hemeroteca/

 [4] Idem.

[5] M. Herrán, Laurentino. San José Patrono del Concilio Vaticano ii. Universidad de Navarra, España. Consultado en https://dadun.unav.edu › bitstream › .

 [6] Notas de entrevista realizada al Licenciado Miguel Álvarez sobre la Historia de la Catedral Metropolitana de Guatemala en el año 2020. Ministerio de Cultura y Deportes.