
Custodios y Mensajeros de Dios
Los Ángeles Custodios son una verdad de fe profundamente arraigada en la tradición y la enseñanza de la Iglesia Católica, respaldada por la Sagrada Escritura y los Padres de la Iglesia. Estos seres espirituales son una manifestación del amor y la providencia de Dios para cada ser humano, acompañándolo desde el nacimiento hasta la muerte en su peregrinaje hacia la salvación.
Existencia y Naturaleza
Según el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), la existencia de los ángeles es una verdad de fe. Son criaturas puramente espirituales, con inteligencia y voluntad, lo que los convierte en seres personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles (CIC 328-330).
La palabra «ángel» proviene del griego ángelos, que significa «mensajero». Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios, cuyo encargo principal es glorificarle y cumplir su voluntad (CIC 331).
La Doctrina del Ángel Custodio
La Iglesia enseña que la vida humana está rodeada por la custodia e intercesión de los ángeles, desde la infancia hasta la muerte. El CIC, citando a San Basilio Magno, afirma: «Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida» (CIC 336).
Jesucristo mismo se refirió a esta realidad al hablar de los más pequeños: «Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mateo 18:10).
Custodios con Misión
La misión del Ángel de la Guarda es dual:
- Custodia y Protección: Actúan como protectores y guardianes asignados por la providencia divina. Llevan a cabo la voluntad de Dios, protegiendo a la persona de los peligros del alma y, a veces, del cuerpo. Luchan contra las fuerzas del mal, especialmente contra el demonio, que intenta desviar al hombre del camino de la salvación.
- Guía e Iluminación: Sirven como guías y consejeros silenciosos, tratando de inspirar los pensamientos y afectos correctos para que el ser humano se mantenga en el camino del bien y cumpla la voluntad de Dios. Su objetivo es conducir a la persona a la vida eterna.
Se cree que el ángel custodio está presente con el alma en el momento del juicio particular para dar testimonio de las acciones de la persona en la tierra.
La Devoción y la Oración
La Iglesia Católica fomenta la devoción a los Ángeles Custodios, recordando a los fieles la cercanía constante de este compañero espiritual. La Fiesta de los Santos Ángeles Custodios se celebra cada 2 de octubre.
Una forma tradicional de honrar y pedir su ayuda es a través de la Oración al Ángel de la Guarda, una de cuyas versiones es:
«Ángel de mi guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. Protégeme de todo mal y guíame por el buen camino en los momentos de incertidumbre, para que tu presencia me envuelva y me otorgue paz y esperanza. Amén»
La amistad con el Ángel Custodio invita a los fieles a glorificar al Señor con su vida, a aceptar su voluntad y a servir al prójimo, siguiendo el ejemplo de amor y obediencia de su protector celestial.