EL PÉSAME A NUESTRA SEÑORA

Por Raúl Barillas.

El día en el que se siente la ausencia del Hijo de Dios, en medio de un ambiente triste y desolado, entre lágrimas y luto, salió de una de las cuatro Parroquias más antiguas de nuestro país, la lúgubre Procesión de Pésame.

Desde la primera mitad del siglo XX la tarde del Sábado Santo ha sido el escenario para que el sagrado conjunto de la Macarena de Guatemala y sus apesarados acompañantes, recorran las calles aledañas al Calvario.

Virgen Santísima de Soledad del Templo El Calvario, Fotografía Axell Solís

Antiguamente el recorrido de la Reina de la Paz incluía el paso por la Casa Central, el Templo de San Francisco y el Parque La Concordia; desde hace algunos años el punto principal del mismo es la Parroquia Santa María Magdalena y en esta oportunidad de forma extraordinaria se desplazó por el Centro Cívico, en donde cabe destacar, se encuentra la réplica del monumento a la paz, el título más significativo de la muy venerada imagen y por el cual, en la última década del siglo pasado fuera objeto de una Procesión en rogativa por la misma.

La Real Señora del Calvario nuevamente salió a consolar a su pueblo en medio de las vicisitudes actuales, su presencia en las calles fue un bálsamo para aliviar las penas y consuelo para nuestras aflicciones, además para recalcarnos que no estamos solos, por que ella… ¡es nuestra Madre!

Virgen Santísima de Soledad del Templo El Calvario, Fotografía Axell Solís

Virgen Santísima de Soledad del Templo El Calvario, Fotografía Axell Solís