Todos: Hacen la Señal de la Cruz.
Ambientación: En el cuarto domingo de Adviento nuestros ojos miran a María, ya que se aproxima el momento en que dará a luz al Hijo de Dios. Por eso al lado de la corona vamos a poner una imagen de la Virgen con una vela encendida (que no sea ninguna de las velas de la corona).
Oración inicial: Señor Jesús, hoy la liturgia nos invita a mirar a María embarazada, que te ha llevado en su seno durante nueve meses y que pronto te dará a luz. Ayúdanos a vivir con fe este misterio llamado “Encarnación”. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Canto: Entonamos una estrofa de algún canto de Adviento
Oración frente a la corona: (Algún integrante de la familia enciende las tres primeras candelas y luego la última candela morada. Ideal que se tome el fuego de la vela que se le puso a la Virgen.)
Al encender estas cuatro velas, en el último domingo de Adviento, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor. Ven a salvarnos!”
Canto: Entonamos otra estrofa del canto.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (1,26-38):
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.Palabra del Señor
Meditación: Meditamos en silencio y dialogamos en familia con esta pregunta: ¿Cuáles son los motivos por los que Isabel se alegra ante la visita de María?
Peticiones: A cada petición respondemos: ¡Virgen María, danos a Jesús!
-Ante la necesidad de paz en nuestra Guatemala…
-En esta Navidad que hemos venido preparando en familia…
-En los momentos en que sentimos la tentación de abandonar todo…
-Se pueden agregar otras peticiones e intenciones de la familia.
Rezamos juntos: 1 Padrenuestro y 1 Avemaría. “Bajo Tu amparo” y Gloria…
Oración final: Querida Madre de Dios, te pedimos que nos hagas sentir aquella misma alegría y gozo que sentiste al dar la vida humana a Jesús. Nuestra familia quiere llevar esta felicidad a todas las personas que más sufren. Amén”.
Saludo fraternal y Canto: Se entona un canto de navidad y se motiva a que todos los reunidos se den un abrazo. Si así lo desean, se puede compartir un panecillo a manera de convivencia familiar.