Jesús Nazareno de la Esperanza

La comunidad de la Parroquia La Sagrada Familia, en la colonia Santa Marta, se viste de júbilo y memoria para celebrar los 64 años de la sagrada llegada de la imagen de Jesús Nazareno a la zona 5 de Mixco. Este aniversario no es solo una fecha en el calendario, sino la conmemoración de más de seis décadas de devoción ininterrumpida, de una fe que nació en la sencillez de un portal comercial y que hoy florece en el corazón de toda una parroquia.

Los orígenes de esta venerada tradición, según relata la tradición oral transmitida de generación en generación, nos transportan a un escenario cotidiano y a la vez extraordinario. En el bullicioso Portal del Comercio, entre el ir y venir de los transeúntes, se encontraba en veneración una conmovedora imagen de Jesús con la cruz a cuestas, atribuida al escultor Julio Dubois. Su presencia era un silencioso faro de fe, acompañado apenas por la titilante luz de las veladoras y las oraciones espontáneas de quienes pasaban por el lugar.

IMG_4087-683x1024 Jesús Nazareno de la Esperanza

Dentro de este marco, destaca la figura piadosa de la señora Lily de Morán, quien en vida se dedicaba a la venta de ropa para primera comunión en ese mismo portal. Su jornada laboral estaba marcada por pausas recurrentes para detenerse y rezar con profundo fervor ante la imagen del Nazareno. Fue en su corazón donde germinó la semilla de una iniciativa mayor. Inspirada por su propia devoción, y moviendo los corazones de otros vecinos católicos, propuso unir esfuerzos y voluntades para adquirir la talla y darle un hogar más digno. Así, a través de una colaboración comunitaria, se gestó el primer gran acto de amor hacia quien se convertiría en su protector.

Aunque la fecha exacta se ha perdido en las páginas del tiempo, el momento culminante de esta compra colectiva marcó un antes y un después. La imagen fue adquirida y, en un acto solemne, trasladada en una emotiva caravana desde la actual colonia «La Florida», en la zona 19, iniciando un pequeño pero significativo y piadoso recorrido. El destino final era la humilde galera que servía como centro de culto para las imágenes de la colonia Santa Marta, en la zona 5 de Mixco. En aquel lugar sencillo, pero lleno de fe, la imagen del Nazareno comenzó a cautivar las almas de los fieles, ganando rápidamente un lugar preeminente en el amor y la devoción del pueblo.

Jesús Nazareno de la Esperanza

Con el paso de los años, el deseo de honrar a Jesús Nazareno con un cortejo procesional digno se encontró con una realidad desafiante. La dificultad que a menudo representaba para sus devotos el poder sufragar los considerables gastos de una banda de música, el adorno del anda, la elaboración del huerto, la confección de la túnica y todos los demás enseres necesarios, se convirtió en un sacrificio constante. Este esfuerzo amoroso, cargado de luchas y privaciones, inspiró un apelativo que reflejaba tanto el sufrimiento de Cristo como el de su pueblo: fue nombrado «Jesús Nazareno de las Amarguras». Este título, cargado de un profundo significado, llamó la atención no solo de los locales sino también de personas de otros sectores, consolidando su culto y llevando a la formación de una cofradía propia, dedicada formalmente a su cuidado y veneración.

Hacia la década de los 60, con la anhelada culminación de la construcción del nuevo templo parroquial, surgió un debate sobre el nombre que este llevaría. Dos devociones fuertes sonaban para el patronazgo: por un lado, «Jesús Nazareno», en honor a la notable y creciente devoción a Jesús Nazareno de las Amarguras; y por otro, «Santa Marta», en memoria de la capilla original donde se veneraban las imágenes, llamada «Virgen de Santa Marta». Finalmente, fue Monseñor Mario Casariego y Acevedo quien tomó la decisión pastoral de nombrar la parroquia como «La Sagrada Familia», donando él mismo las imágenes patronales traídas desde Italia y uniendo a la comunidad bajo esta advocación universal.

Jesús Nazareno de la Esperanza

El caminar de la historia continuó, y a mediados de la década de los 2000, la estructura organizativa evolucionó. La cofradía de Jesús Nazareno se disolvió para dar paso a la formación de las hermandades, que asumirían la responsabilidad de custodiar y promover la piedad popular en el sector. En un acto de profunda reflexión teológica, en el año 2015, la Hermandad decidió cambiar el apelativo del Nazareno. Dejando atrás el nombre que recordaba las dificultades, se le otorgó el nombre de «Esperanza», un título que mira hacia la promesa de la Resurrección y la confianza en la salvación.

Hoy conocido y amado como Jesús Nazareno de la Esperanza, la tradición sigue más viva que nunca. Cada tarde y noche de Domingo de Ramos, la venerada imagen sale en su piadoso cortejo, recorriendo las calles que lo vieron llegar hace 64 años, como un testimonio viviente de fe, sacrificio y, sobre todo, inquebrantable esperanza.

Su cortejo procesional sale a bendecir las calles de su barrio cada Domingo de Ramos.

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