La Medalla Milagrosa: un faro de fe y esperanza en el mundo
Hoy, 27 de noviembre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Medalla Milagrosa, una advocación mariana que ha cautivado los corazones de millones de fieles alrededor del mundo. Su origen se remonta a las apariciones de la Virgen María a Santa Catalina Labouré en París, en 1830.
Las Apariciones a Santa Catalina Labouré:
Santa Catalina Labouré, una joven novicia de las Hijas de la Caridad, experimentó tres apariciones de la Virgen María en la capilla de su convento. En la segunda aparición, la más importante, la Virgen se presentó de pie sobre un globo terráqueo, aplastando una serpiente con sus pies. De sus manos extendidas emanaban rayos de luz, simbolizando las gracias que derrama sobre quienes las piden. Alrededor de la figura, se formó un óvalo con la inscripción: «Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti».
La Virgen pidió a Santa Catalina que mandara acuñar una medalla con esta imagen y la promesa de que «todos los que la lleven con confianza recibirán grandes gracias».
El diseño de la Medalla:
La Medalla Milagrosa, fiel al pedido de la Virgen, presenta en su anverso la imagen de María Inmaculada con los brazos extendidos y rayos de luz que emanan de sus manos. En el reverso, se encuentra la letra M entrelazada con una cruz, sobre la cual hay una barra que representa la tierra. Debajo, se encuentran dos corazones, uno coronado de espinas (el Sagrado Corazón de Jesús) y otro atravesado por una espada (el Inmaculado Corazón de María).
La difusión y los milagros:
La difusión de la Medalla Milagrosa fue rápida y prodigiosa. Se le atribuyen innumerables milagros, conversiones y curaciones, lo que le valió el nombre de «Medalla Milagrosa». La Iglesia Católica, tras un exhaustivo análisis, aprobó la devoción y el uso de la medalla, reconociendo su valor como un sacramental que acerca a los fieles a la gracia divina.
La Medalla Milagrosa hoy:
Hoy en día, la Medalla Milagrosa sigue siendo un símbolo de fe y esperanza para millones de católicos en todo el mundo. Se utiliza como un recordatorio constante de la protección maternal de María y como una invitación a confiar en su intercesión.
La Medalla Milagrosa es un testimonio tangible del amor de María por la humanidad. En este día de celebración, recordemos su mensaje de esperanza y confiemos en su intercesión para alcanzar la gracia divina.