Los diversos sectores de una sociedad se interrelacionan en diferentes espacios y ámbitos de la vida cotidiana, en la cual constantemente, se refleja los intercambios de variados elementos que son indispensables para comprender los comportamientos sociales de una colectividad. En ella se observa la construcción de un sentido de pertenencia o identidad de un individuo, las esferas (la familia, el Estado, la Iglesia, centro de estudios…etc.), que articulan la movilización de referentes culturales, políticos y especialmente los religiosos.
Existen campos pocos estudiados por los científicos sociales, especialmente los dedicados al área de la religiosidad, las expresiones de piedad popular y arte efímero propio de las fiestas religiosas y, precisamente, deberían ser de especial énfasis para ampliar la materia explicativa sobre cómo funcionan estas actividades. Entre estos componentes, los mercados son aquellos centros de comercio los cuales se ubican dentro de los barrios de cada zona de nuestro país y que despliegan no solo las vertientes de actividad económica y comercial; sino también son rincones para el acercamiento de la espiritualidad comunal por medio de un patrón consagrado a su culto directo. Igual que las parroquias de las colonias, condominios y barrios, los mercados cantonales necesitan de un grupo de individuos conformados por comunidades, asociaciones y comités que se avocan a una divinidad; siendo estos rodeados de una serie de tradiciones y costumbres que hacen de cada celebración en honor al santo, una visualización significativa que el conglomerado le quiera dar a cada uno de los actos rituales.
Los comerciantes, al igual que los feligreses de los templos católicos, son los protagonistas de las fiestas, en conjunto con la devoción de su área y, a su vez, es una manifestación de la religiosidad popular propia de Latinoamérica. En Guatemala, al igual que el resto de América Latina, hay practicas fundamentales referentes a este sentir religioso cristiano, tomando en cuenta que, al aplicarlo al grupo de los comerciantes, se puede visualizar la importancia de su praxis para comprender como funciona las manifestaciones religiosas; los fieles pueden sacralizar tres aspectos tanto fuera de los entornos religiosos: a) el espacio, b) el tiempo y, por último, pero no menos importante c) el ritmo 1.
Una devoción particular que se encuentra en varios de los mercados cantonales de la ciudad de Guatemala es la que se le profesa al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo. Un ejemplo claro es el Mercado Central y, especialmente para el presente artículo, el del Mercado Colón. Este fervor religioso dado a la representación de Jesús mostrando su corazón latiente, surge en Francia a partir del año 1685, el Señor se le aparece a una joven religiosa del convento de la Visitacion de Paray-Le-Monial -quien es ahora Santa Margarita Maria de Alacoque-. Ella se convirtió en el recipiente transmisor del mensaje de propagar su culto y promesas. En ese sentido, la Europa Católica, especialmente la España de la Contrarreforma, le vuelca a su propio contexto, en oposición al protestantismo, propagando serie de imágenes del corazón de Jesús2.
En América se propagó una especial predilección desde la vida conventual, ese mundo femenino (tan poco estudiado en la Guatemala Colonial), del cual, la Iglesia americana se fue enfocando en ese amor espiritual incondicional y exclusivo, manifestado en el Sacratísimo Corazón de Jesús, así como en la inevitable devoción mariana en las “Esposas de Cristo” a lo largo de la etapa hispánica. Posteriormente se propagó en las devociones domésticas como una primera manifestación fuera de los templos3.
Sin embargo, es el siglo XIX “El Siglo del Sagrado Corazón de Jesús”, en el que se consolida su devoción, porque a través de Fernando VII se obtiene la autorización de Roma para realizar su fiesta en todos los territorios de la Corona de España, así como fundar congregaciones, hermandades y cofradías en su honor y, consecuentemente, la inmediata difusión en América de forma masiva, con la hechura de imágenes de talla completa, de vestir y lienzos. No obstante, a finales de 1800 surgen las diputas de poder entre conservadores y liberales, triunfando estos últimos, propiciando que León XII consagrara al mundo la devoción al Corazón de Jesús, surgiendo así otra era dedicada a él4.
Para el siglo XX se hallaban, prácticamente en la mayoría de los rincones del Mundo, la iconografía católica de Cristo cardioforo y el de las visiones de la Santa francesa. Sin embargo de manera especial, se halló una predilección por la primera representación. Para una mayor comprensión, esta iconografía muestra a un Cristo relativamente juvenil, de cuerpo completo o busto, exponiendo su corazón en el pecho con una llama y la corona de espinas y las manos en actitud de acogimiento al fiel. Bajo el contexto anterior, el Mercado Colón, surge a partir del año 1946, cuando en octubre de ese año, se hace la noticia de la construcción de un área arquitectónica para establecer los comercios, pero no fue hasta el 14 de agosto de 1948, cuando se inaugura el predio mercantil en una ceremonia presidida por el alcalde capitalino Mario Méndez Montenegro y por el arzobispo Mariano Rosell y Arellano, patentizando el vinculo entre Estado laico, feligresía e Iglesia. Entre la comunidad de vendedores y sus familias, surge la necesidad de poner bajo su patrocinio a un santo patrón, se apropian de la devoción al Sagrado Corazón y, en consecuencia, se funda un comité religioso por medio del cual se consigue una bella imagen de vestir, del escultor local capitalino Julio Dubois (1880-1960), en acuerdo con Nadia Abrego5.
Para los años 70´s, además de la situación política que estaba viviendo el país, la migración hacia la Ciudad de Guatemala, -coyuntura relacionada con la oferta de empleo y el ensayo de un proceso de industrialización y viceversa-, Guatemala estaba experimentando un aumento de la burocracia estatal y del sector de servicios. La llegada de nuevos pobladores de las zonas circunvecinas desde los años 50´s y 60´s, propició el acrecentar las manifestaciones culturales y religiosas, aunando con las devociones capitalinas las cuales fueron adquiriendo nuevas expresiones de piedad.
Al estar la Iglesia en una reconstrucción de su ortodoxia a través de la teoría de liberación y progreso, pero con una división ideológica con oponentes conservadores, y simultáneamente, con un país oprimido por las fuerzas armadas en una extrema vigilancia por conflictos consecuentes por la pugna originada en la franja transversal del norte, los vecinos de la ciudad de Guatemala estarían afianzando su identidad y su posición en espacios no religiosos o políticos institucionalizados, entre los que se puede mencionar los mercados y los comités religiosos laicos; algunas veces en colaboración con las instituciones y, en otras ocasiones, haciendo caso omiso a los dictámenes de estas. La sacralización de las celebraciones en lugares no religiosos y como estos se pueden convertir en concentración de representación social por medio de la advocación del Sagrado Corazón de Jesús, se puede patentizar a través del “Circunstanciado de novedades” reportado por el Segundo Cuerpo de la Policía Nacional para el 10 de junio de 1972 (un viernes posterior a la octava del Corpus). Dicho reporte, es redactado por Jesús Martínez Urgutia, Segundo Jefe del Segundo Cuerpo, el cual comenta que hay una celebración en el Mercado Colon que le consigna como testigo el agente Pedro Betzin Chinc, en honor al Sagrado Corazón de Jesús, a las 18.15 horas6.
La fuente de archivo verifica varios elementos importantes; en primero, la sacralización del espacio que es el Mercado Colón, el segundo elemento es la sacralización del tiempo, que se reporta en el horario de 9:00 a 18:00 horas, y, por último, la sacralización del ritmo manifestada en la orquestación y el conjunto marimbístico que dirige Don Francisco Mariano García. La causa de mayor envergadura es el aniversario 25 de la devoción del Sagrado Corazón de Jesús, pero llama la atención que la encargada del Comité, la joven Cristina Paz, responde a la Policía que no necesitaban de licencia, porque era una tradición del barrio de San José, pero principalmente del Mercado Colon, haciendo caso omiso a las leyes vigentes. La misma policía se contradice, debido que no irrumpe la actividad sino al contrario, dejan que esta se desarrolle sin ninguna novedad. En conclusión a esta fiesta, se puede observar que no se reportó autorización de la Iglesia ni de la Defensa Nacional, manifestando por su parte una predilección por la devoción, la religiosidad y piedad popular -en este caso al Sagrado Corazón de Jesús del Mercado Colón-; siendo esta solemnidad una de las que siguen presentes en cada uno de los diversos ámbitos de la cotidianeidad de cada grupo social, no solamente de las instituciones oficiales, sino también del especial fervor en honor a sus santos protectores, en este caso bajo el amor y patrocinio del Sagrado Corazón de Jesús y de las expresiones públicas de fe hilvanadas en la Ciudad de Guatemala.
Por: Jorge Miguel Alvarado España, Estudiante de Historia, Universidad de San Carlos de Guatemala
Referencias:
1 Dussel, Enrique. Religiosidad Popular en Latinoamerica. Hipotesis. Articulo Historia , Mexico : Universidad Matropolitana Atonoma , 1986. Pag. 103-112
2 Herradon Figueroa, Maria Antonia. «Reinare en España: la devocion al Sagrado Corazon de Jesus. .» Revista de Diacteologia y Tradiciones Populares, 2009: 194-196.
3 Lavrin, Asuncion. Las Esposas de Cristo. La vida conventual en la Nueva España. Mexico: Fondo de Cultura Economica, Mexico, 2016: Pag.141-142.
4 Herradon Figueroa, Maria Antonia. «Reinare en España: la devocion al Sagrado Corazon de Jesus. .» Revista de Diacteologia y Tradiciones Populares, 2009: Pag. 201.
5 Molina, Deyvid Paul. El Sagrado Corazon de Jesus en el Mercado Colon de la ciudad de Guatemala. Guatemala: Direccion General de Investigacion y Centro de Estudios Folkloricos (USAC), 2018. Pag. 6 y 9.
6 AHPN, Fondo 24, Subfondo 05, Serie S004, Caja 240903, Fecha: 1972-06-01 a 1972-05-15, Legajo 1, Sublegajo 1.9, Doc.No. 6681061.
Fuente consultada:
AHPN, Fondo 24, Subfondo 05, Serie S004, Caja 240903, Fecha: 1972-06-01 a 1972-05-15, Legajo 1, Sublegajo 1.9, Doc.No. 6681061.
Bibliografia:
– Dussel, Enrique. Religiosidad Popular en Latinoamerica. Hipotesis. Articulo Historia , Mexico : Universidad Matropolitana Atonoma , 1986. Pag. 103-112
– Herradon Figueroa, Maria Antonia. «Reinare en España: la devocion al Sagrado Corazon de Jesus. .» Revista de Diacteologia y Tradiciones Populares, 2009: 194-201.
– Lavrin, Asuncion. Las Esposas de Cristo. La vida conventual en la Nueva España. Mexico: Fondo de Cultura Economica, Mexico, 2016: Pag.141-142.
– Molina, Deyvid Paul. El Sagrado Corazon de Jesus en el Mercado Colon de la ciudad de Guatemala. Guatemala: Direccion General de Investigacion y Centro de Estudios Folkloricos (USAC), 2018. Pag. 6 y 9.