En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo a
los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus votos al Señor.”
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el
trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues
no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir
“sí” o “no”. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»
Palabra del Señor