Por: Pablo Andrés Rayo
Desde hace algunos años he entendido la profundidad del concepto “mística” mismo que identifica a una actividad que nos lleva a conseguir la unión o el contacto del alma con la divinidad por diversos medios. La festividad de Corpus Christi en Patzún, Chimaltenango es una de las mejores muestras de una mística de la esperanza que atraviesa los sentidos y llega al corazón de uno de los pueblos guatemaltecos que ha perpetuado una de las prácticas más bellas que definen la identidad nacional.
Este año 2020 significó un reto fuerte para la población puesto que uno de los primeros cordones sanitarios fue implementado en dicho lugar para evitar la propagación del Covid-19, al enterarme en cadena nacional de dicha noticia vino a mi recuerdo el gran colorido de este día, las alfombras, los arcos, la belleza textil de nuestras artesanías plasmadas en los trajes de los originarios de Patzún, los niños, la danza del temido mazat y jaguares, los adultos mayores, los altares y todo lo que constituye un verdadero patrimonio de estructuras mágicas y sagradas.
No me equivoco cuando menciono que la esperanza de este pueblo no se ha ido y de rodillas como lo hacen en cada estación del Corpus implorarán por todo nuestro país que hoy presenta un reto grande a la par de toda la humanidad. Por ello a través de las fotos captadas por mi teléfono honro la vida y la esperanza de todos los originarios de este lugar. ¡Reine Jesús por Siempre!