fue el tercer sucesor de San Pedro y obispo de Roma, tal como afirma San Ireneo de Lyon en su tratado Contra las herejías [1] y Eusebio de Cesarea en su Historia Eclesiástica [2], quienes también le identifican con el colaborador de San Pablo mencionado en el Nuevo Testamento (Filipenses.4,3). Se piensa que conoció personalmente a San Pedro y San Pablo. Eusebio fija su pontificado entre los años 92 al 101. Hay algunas tradiciones poco dignas de crédito que afirman que murió martir [3].
Carta a los Corintios
Aunque se le atribuyen varios escritos, se le considera auténtica la carta a la comunidad de Corinto, escrita para disciplinar a la comunidad que atravesaba una crisis al haber depuesto de sus cargos a los presbíteros legítimamente constituidos. Dicha carta fue considerada por algunos notables cristianos como canónico, al punto que figura en el Nuevo Testamento presentado por Cirilo patriarca de Alejandría al Rey Carlos I, que se conserva en el museo británico.
En lo que a nosotros respecta, cuenta con un rico contenido apologético en varios temas como la primacía petrina, la justificación, la sucesión apostólica y la unidad de la Iglesia.