
San José María Escrivá de Balaguer
San Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975) es una de las figuras más influyentes del catolicismo del siglo XX. Fundador del Opus Dei, su vida y sus enseñanzas se centran en una idea revolucionaria y a la vez profundamente arraigada en la tradición cristiana: la llamada universal a la santidad, accesible para todos los cristianos en medio de sus ocupaciones ordinarias.
Una Vida al Servicio de Dios y de las Almas
Nacido en Barbastro, España, el 9 de enero de 1902, Josemaría Escrivá fue ordenado sacerdote en 1925. Desde muy joven, sintió una inquietud espiritual profunda que lo llevó a buscar la voluntad de Dios. El 2 de octubre de 1928, mientras realizaba un retiro espiritual, recibió una luz divina que lo impulsó a fundar el Opus Dei (Obra de Dios). Esta institución de la Iglesia Católica tiene como fin principal difundir la enseñanza de que todos los bautizados están llamados a la santidad a través de su trabajo profesional y de sus circunstancias cotidianas.
Como señala el propio San Josemaría en su obra más conocida, Camino: «Que tu vida no sea una vida estéril. —Sé útil. —Deja poso. —Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor. —Borra, con tu vida de Apóstol, la señal fangosa y sucia que dejaron los sembradores de odio. —Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en el corazón» (Camino, punto 1). Este pensamiento encapsula la esencia de su mensaje: la vida ordinaria, vivida con fe y amor, puede ser un camino extraordinario de encuentro con Dios.
La Santificación en el Corazón del Mundo
La clave de la enseñanza de San Josemaría radica en la convicción de que el trabajo y las ocupaciones diarias no son un obstáculo para la santidad, sino el medio a través del cual se puede alcanzar. Lejos de la idea de que la vida espiritual es exclusiva de sacerdotes, religiosos o personas con una vocación especial, San Josemaría insistió en que el cristiano común, en su familia, en su trabajo, en sus relaciones sociales, puede y debe aspirar a la plenitud de la vida cristiana.
El Beato Álvaro del Portillo, primer sucesor de San Josemaría al frente del Opus Dei, lo expresaba así: «Don Josemaría nos enseñó a ver la mano de Dios en todas las cosas, a encontrarle en el trabajo y en la vida familiar, en el estudio y en la amistad, en el gozo y en el dolor» (Citado en «San Josemaría Escrivá: Biografía» en opusdei.org). Esta perspectiva elevó la dignidad del trabajo humano, presentándolo como un medio para servir a Dios y a los demás, una oportunidad para crecer en virtudes y para transformar el mundo desde dentro.
Legado y Canonización
San Josemaría Escrivá falleció en Roma el 26 de junio de 1975. Su labor fue reconocida por la Iglesia Católica con su beatificación por San Juan Pablo II en 1992 y su canonización en 2002. En la homilía de la canonización, San Juan Pablo II destacó: «San Josemaría fue un apóstol incansable de la santidad en la vida ordinaria. Recordó con fuerza que la llamada universal a la santidad, dirigida a todos los bautizados, se traduce en la búsqueda de Dios en las circunstancias más normales de la existencia» (Homilía de la canonización de Josemaría Escrivá, 6 de octubre de 2002, Vaticano).
El Catecismo de la Iglesia Católica refuerza esta idea al afirmar que «la vocación universal a la santidad es el llamado de Dios a todos los hombres para que sean santos» (CIC 2013). La vida y obra de San Josemaría Escrivá son un testimonio palpable de cómo esta verdad se puede vivir en la práctica. Sus escritos, como Camino, Surco, Forja, Es Cristo que pasa, y Amigos de Dios, continúan siendo una fuente de inspiración para millones de personas que buscan vivir plenamente su fe en el día a día.