San Pacomio (287-346) fue un soldado romano del siglo IV, que luchó en el bando de Majencio durante la Segunda Tetrarquía. Pero tenía un carácter independiente y una fuerte personalidad que le enfrentaron con sus superiores. Se convirtió al cristianismo en el transcurso de un viaje a Alejandría. Quedó impresionado al ver las virtudes de los cristianos de aquellas tierras, en especial su caridad y su tranquilidad de espíritu. San Pacomio fundó un monasterio en 320 a la orilla del Nilo, del cual se convirtió en su primer abad. Por entonces la idea de una comunidad de monjes era muy novedosa, ya que hasta entonces solo se acostumbraba al retiro solitario de los ermitaños.
San Pacomio nos enseñó que «la fortaleza de carácter es un don ejemplar que puede ser transmitido».