Holofernes fue un general asirio a las órdenes de Nabucodonosor II. Aparece en los libros Deuterocanónicos, concretamente en el Libro de Judith como rey de Asiria entre el 158 y 157 a. C.

Se relata que el rey de Babilonia Nabucodonosor envió a Holofernes a vengarse de las naciones del oeste que habían evitado ayudar a su reino. El general puso sitio a Betulia y la ciudad casi se rinde. Fue salvada por Judith, una bella viuda judía que se introdujo en el campamento de asedio de Holofernes, compartió banquete con él y lo embriagó. Judith lo decapitó mientras dormía. Según relata la Biblia, ella regresó a Betulia con la cabeza del decapitado y los judíos vencieron al enemigo.

Iconografía

La decapitación de Holofernes por Judith ha sido objeto de plasmación en multitud de obras de arte a lo largo de los tiempos. Algunos de los artistas fueron Donatello, Sandro Botticelli, Andrea Mantegna, Giorgione, Lucas Cranach el Viejo, Caravaggio, Tiziano, Antonio de Pereda, Goya (en Judith y Holofernes, de las Pinturas negras), Horace Vernet, Gustav Klimt (en Judit I), Artemisia Gentileschi, Jan Sanders van Hemessen o Hermann-Paul.

La escena previa del banquete de Judith y Holofernes fue menos tratada por los artistas. Recientes indagaciones del Museo del Prado apuntan a que éste es el tema del cuadro de Rembrandt tradicionalmente llamado La reina Artemisa.

La historia también inspiró un poema medieval en inglés antiguo, la ópera de Mozart, Betulia Liberata, una opereta de Jacob Pavlovich Adler y un oratorio de Vivaldi que es una de sus mejores obras.