Pedro de Bethencourt, nacido de humilde familia en el pueblo de Vilaflor, Diócesis de Tenerife, Islas Canarias, tuvo un gran deseo en su vida: llevar la fe católica a las Indias Occidentales. Siendo aún muy joven, abandonó su patria y llegó a Guatemala, donde una grave enfermedad lo puso en contacto directo con los más pobres y desheredados. Recuperada inesperadamente la salud, se hizo apóstol de los cautivos y protector de los indios sometidos a trabajos inhumanos, de los emigrantes y de los niños huérfanos y abandonados a los que dedicó especial atención, construyendo escuelas para educarlos convenientemente con criterios calificados todavía hoy como modernos.

Viendo las necesidades de los enfermos pobres, expulsados de los hospitales, fundó el primer hospital para convalecientes en el mundo. Meditando asiduamente el misterio del Nacimiento de Nuestro Señor jesucristo, fundó la Orden Bethlemita en honor de Jesús nacido en Belén.

Murió a la edad de cuarenta y un años el día 25 de abril de 1667.

Su Santidad Juan Pablo II decretó que fuese incluido entre los Beatos el día 22 de junio de 1980 y lo canonizó el 30 de julio de 2002 en la ciudad de Guatemala de la Asunción