Aniversario de Coronación Pontificia

El 28 de enero de 1934, la Ciudad de Guatemala fue testigo de un acontecimiento religioso sin precedentes la Coronación Pontificia de la Virgen del Rosario, patrona de la República. Este acto, autorizado por el Papa Pío XI, consagró la profunda devoción que el pueblo guatemalteco profesa a la Virgen María en su advocación del Rosario, venerada en el Templo de Santo Domingo.

DSC_2978-1024x576 Aniversario de Coronación Pontificia

La Coronación Pontificia no fue un evento espontáneo. Precedido por un intenso fervor religioso y una preparación meticulosa, el acto representó la culminación de un anhelo largamente acariciado por los fieles. La cruzada del Rosario, la confección de miles de rosas de papel para adornar el templo, y la participación activa de las asociaciones religiosas, dan cuenta de la magnitud del evento.

El día de la coronación, la imagen de la Virgen del Rosario fue trasladada en procesión desde el Templo de Santo Domingo hasta la Catedral Metropolitana, donde Monseñor Luis Durou y Sure, Arzobispo de Guatemala, ofició la solemne ceremonia. La plaza central, abarrotada de fieles, fue escenario de un acto que quedó grabado en la memoria colectiva.

La Coronación Pontificia de la Virgen del Rosario trascendió el ámbito religioso. En un contexto histórico marcado por conflictos políticos y sociales, el evento se convirtió en un símbolo de unidad nacional, reafirmando la fe y la identidad del pueblo guatemalteco.

A 91 años de la coronación, la Virgen del Rosario continúa siendo un referente espiritual para Guatemala. Su imagen, coronada con la presea que la distingue como Reina de la República, es testimonio de la devoción y el amor que los guatemaltecos le profesan.

La Coronación Pontificia de 1934 no solo marcó un hito en la historia religiosa de Guatemala, sino que también dejó un legado de fe, tradición y esperanza que sigue vigente hasta nuestros días.

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