26 de febrero de 2005 y 2022

A 20 años la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de la Merced salía en solemne cortejo procesional por las calles empedradas de la Antigua Guatemala. Como lo hacía antes de su traslado en 1778 a la Nueva Guatemala, Jesús de la Merced era devotamente procesionado en la Ciudad de las perpetuas rosas.

El motivo de su cortejo procesional era la conmemoración y celebración de 350 años de devoción a la Imagen de Jesús de la Merced. Fue en 1655 que iniciaba el culto a Jesús de la Merced y en 2005 se recordaría llevando a tan hermosa escultura a su antigua casa. Los devotos capitalinos se harían presente ante tal acontecimiento histórico, así mismo devotos antigüeños que no desaprovecharían la oportunidad de llevar en hombros o acompañar a la que alguna vez fue su imagen.

No podría pasar desapercibida aquella túnica verde con bordados en hilos de oro, el adorno de la andaría antigüeña que sería prestada para portar al Señor de los abuelos. El adorno que lo antecedía un medallón con la leyenda «Bendito el que viene», entre flores y el escudo mercedario, el Señor de los tiempos recorrería sus antiguas calles en un recorrido que comenzaría en horas de la mañana del sábado y retornaría por la noche.

En esa oportunidad devotas cargadoras pudieron cargar a Jesús Nazareno, devotos de las hermandades que no pueden hacerse presente durante la Semana Mayo también acompañaron el cortejo.

Jesús de la Merced es una Consagrada Imagen que ha estado en los acontecimientos históricos que han marcado a Guatemala. Cada 26 de febrero es recordar aquel sábado de 2022 en el que el Arzobispo de Guatemala Mons. Gonzalo de Villa y el padre Orlando Aguilar extinguirían el fuego del cirio de la esperanza y sería colocado en el anda. Jesús de la Merced y la Virgen de Dolores acabarían con las restricciones de cortejos procesionales en la Ciudad de Guatemala, como la primera procesión después de la pandemia que azotaba el país y el mundo entero desde marzo de 2020.

Jesús de la Merced salió a bendecir las afligidas calles del Centro histórico, alcanzó sitios que en martes y viernes santo no llega. Un paso muy emblemático e histórico fue el del Hospital General de Dios, en el que se realizó un homenaje al personal de primera línea que estuvieron durante la pandemia de Covid-19.

Los devotos acompañaron a Jesús y a la Virgen de Dolores a pesar de las limitaciones que autoridades civiles y eclesiásticas para realizar el cortejo procesional, tales como evitar hacer filas a un costado del anda, portar mascarilla, desinfección de manos y anda, no quemar incienso.

Toda aquella persona que vivió el cortejo o a través de medios digitales recordará este acontecimiento que marcó el corazón de los devotos y llenó una página más para la historia de Guatemala.