Consagración y entrega total a Dios
Cada 21 de noviembre, la Iglesia Católica conmemora con gran fervor la festividad de la Presentación de la Santísima Virgen María, un acontecimiento que posee un gran significado teológico y espiritual para los fieles. Esta celebración destaca la consagración total y temprana de María a Dios, preparándola desde su infancia para su misión única como Madre del Salvador.
Origen
La historia de la Presentación se nutre principalmente de la tradición, los padres de María, San Joaquín y Santa Ana, ya ancianos y sin hijos, prometieron a Dios consagrar al Señor al hijo que les concediera.
- Al nacer María, y cumplidos los tres años, sus padres la condujeron al Templo de Jerusalén para cumplir su voto.
- Allí, la pequeña María fue recibida por el sumo sacerdote e introducida en la vida del Templo, donde creció en un ambiente de oración, meditación y servicio divino. Se narra que María llevó una vida recogida, entregada a Dios en algunas representaciones, se dice que era alimentada por un ángel, simbolizando su vida de virtud y especial protección divina.
Significado
La Iglesia al celebrar esta fiesta se centra en el don total y absoluto de María que se prepara para ser «Templo del Hijo».
- Consagración Total: Simboliza la entrega de María a la voluntad de Dios desde su más tierna infancia, un compromiso que antecede y prefigura su «Sí» incondicional en la Anunciación. Destaca su pureza, fe y preparación espiritual.
- Nuevo Tabernáculo: Se la considera el primer «tabernáculo» de Cristo, el lugar santificado y purísimo donde Dios mismo habitaría.
- Ejemplo de Vida Cristiana: Para los creyentes, la fiesta es una invitación a imitar las virtudes marianas: la humildad, la obediencia y la confianza plena en la voluntad divina. Recuerda la importancia de la consagración y el servicio a Dios en la vida.
Establecimiento de la Festividad
- La fiesta de la Presentación tiene sus orígenes en Oriente. Históricamente, se relaciona con la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén en el año 543. Desde el siglo VI, se conmemoraba en las iglesias orientales, siendo una de las doce fiestas principales del año litúrgico oriental.
- La celebración pasó al calendario romano y fue extendida a toda la Iglesia por el Papa Sixto V en 1585.
La Presentación de María en el Templo es una celebración de la disponibilidad radical de la Virgen a los planes divinos, marcando el inicio de su camino hacia su papel redentor como Madre de Dios.


