Primer Ángelus dominical del año del Papa Francisco
En un día lluvioso en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco se dirigió a los fieles reunidos para la oración del Ángelus, reflexionando sobre el Evangelio del día y llamando a todos a ser «mensajeros de esperanza» en este año jubilar.
El Santo Padre, comentando el pasaje de Juan 1, 1-18, destacó que el amor de Dios, como la luz, no se deja vencer por la oscuridad, los obstáculos o los rechazos. «Dios no se detiene nunca», afirmó, «encuentra miles de modos para llegar a todos, abriendo ventanas de luz incluso en las noches más oscuras de la humanidad».
Francisco instó a los presentes a imitar a Dios abriendo «destellos de luz donde podamos, con quien nos encontremos, en cualquier contexto». Animó a no tener miedo de dar el primer paso, abriendo ventanas de cercanía, perdón, compasión y reconciliación.
En este año jubilar, que acaba de comenzar con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros, el Papa urgió a ser mensajeros de esperanza con acciones concretas que aporten vida. «Hagámoslo todos», exclamó, «es este el camino de la salvación».
El Pontífice también hizo un llamado a la paz en Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Siria, Myanmar y Sudán, instando a la comunidad internacional a actuar con firmeza para que se respete el derecho humanitario. «Basta de golpear a los civiles, a los hospitales, a los hombres de trabajo», reclamó. «No olvidemos que la guerra siempre es una derrota».
Finalmente, el Papa invitó a los fieles a la misa que presidirá el día siguiente, 6 de enero, solemnidad de la Epifanía del Señor, en la Basílica de San Pedro.